Tacos De Venado
Yo nací en México, mi padre era un granjero, y mi madre solía tejer cestas para que al menos pudiéramos tener dos comidas al día. Éramos muy pobres, y yo y mis hermanos tuvimos la desgracia de haber nacido en condiciones climáticas extremas, mi hermano mayor nació el día mas frio del invierno, mi hermana en un diluvio primaveral, y yo nací en medio del verano, y a pesar de que los 80s habían traído grandes avances en el nivel de vida de los ciudadanos alrededor mundo, parecía haberse olvidado de nosotros, en nuestra pequeña cabaña de dos dormitorios. Así que cuando mi padre se entero a través de mí tío del programa de Visas H1-B, se registró con entusiasmo.
Cada primavera, se iba a trabajar como obrero en una finca de tabaco y pimiento que se encontraba en Texas. El trabajo era duro, pero la paga era buena, y siempre estaba en casa a tiempo para Navidad, por lo que él nunca se quejaba. El estaba ahorrando dinero para que pudiéramos emigrar a los Estados Unidos, por lo que trabajo desde 1988 hasta 1991, y ahorro lo que pudo. El se empeño en que ningún centavo hubiera sido en vano, en el largo paseo invernal en autobús desde la granja a México, el siempre iba dormido, de modo que el hambre no lo molestaba.
El no suele hablar mucho de sus días como trabajador migrante, pero siempre nos cuenta que un día, en el invierno de 1989, creo, el no podía dormir. El autobús se detuvo en una parada de descanso, cerca de un pequeño puesto de tacos. Los tacos olían maravillosos, y todos en el autobús formaron una larga fila hacia el puesto de tacos, ansiosos y haciéndose agua a la boca. El hombre detrás del sucio y pequeño mostrador era muy amable, el decía, pero sentía que algo estaba un poco "raro" acerca del vendedor. El hombre avivo el vapor, refresco la carne con especias mientras la calentaba un poco más, hizo tortillas como una máquina, tomando el dinero en una mano y sirviendo un gran plato en la otra.
"¡Tacos De Venado!", sonó su voz. Al parecer, el estaba vendiendo tacos de venado o carne de ciervo. "¡Cómprense taquitos de venado, son muy deliciosos!"
Mi padre debatió acerca de si debía o no correr el riesgo de gastar 2 dólares de su dinero duramente ganado. Afortunadamente, mi padre es muy impaciente, y detesta las largas filas, por lo que volvió al autobús y se quedo dormido rápidamente.
El próximo invierno, el autobús volvió a hacer una parada de descanso en el Puesto del Hombre de los Tacos, y de nuevo todos los pasajeros formaron una larga fila junto a otras personas, se habían vuelto adictos decían ellos, cada año esperaban impacientemente regresar a ese pequeño, sombrío puesto de tacos. Mi padre, por supuesto, se quedo en el autobús. Estaba acostumbrado a la sensación de hambre, vivió con ella durante toda su infancia, por lo que sobreviviría. Por lo que se durmió una vez más, soñando con un gran tazón de sopa de pollo hecho por mi madre, con un poco de tortillas de maíz calientes (que podía permitirse en ese momento).
La primavera próxima, se fue una vez más, no fue un buen año, el clima era horrible, por lo que el rendimiento de los cultivos era bajo, la granja no tenía más remedio que dejar a los trabajadores regresar un mes antes a casa. Mi padre dijo que sus compañeros de trabajo estaban llenos de emoción, ¡Que no tendrían que comer sus tacos en el frio este año! Los hombres contaron con impaciencia el número de millas, su entusiasmo crecía a medida que se acercaban a la parada de descanso. Tres millas mas, dos más, una milla más, hasta que finalmente llegaron al lugar donde el hombre tenía su puesto de tacos.
Pero entonces, nada. No había ninguna señal del puesto, o del hombre con su gran olla de acero con deliciosa y dulce carne de venado. Solo una viejecita vendiendo ranas de papel mache y piñatas. Los trabajadores demandaban saber que había ocurrido con el hombre de los tacos de ciervo. ¿Se había trasladado a otro lugar? ¿Había abierto un restaurante? ¿Que había sucedido, que?
La anciana levanto la mano, y los hombres permanecieron en silencio.
"Fue arrestado hace dos meses. Mucho de los agricultores locales y muchos otros hombres empezaron a desaparecer del pueblo, y la policía estaba completamente estupefacta. Un pequeño rumor suena por ahí, de que el carnicero del pueblo, o el hombre de los tacos, como ustedes lo conocen, podría estar involucrado. La policía no tenia pistas, por lo que decidieron seguirlo. Lo que vieron los consterno tanto que va mas allá de lo creí-" ella fue interrumpida por un hombre preguntando, "¿Y que sucedió con los Tacos de Venado? ¿Cuando saldrá de la cárcel y comenzara a prepararlos y venderlos otra vez?"
La anciana se echo a reír,
"Oh, el no dejara su celda por un largo tiempo, chicos. Verán, el no era muy querido en su pueblo, y venado era un apodo que el usaba para referirse a sus enemigos"
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