Tira Tira Tira

Reaccionas. Es media noche (o posiblemente la madrugada, dependiendo de cómo lo percibas) y esta helado, porque tú, como el idiota que eres, pateaste tu cobija durante la noche. Se encuentra casi totalmente fuera de la cama, de hecho, solo una solitaria esquina se encuentra aferrada al borde de ella.

Sentándote, la tomas entre tus manos, sintiendo ese familiar escalofrió proveniente de tu infancia: Si no encuentras algo para cubrirte, te estás exponiendo a todo tipo de horrores sobrenaturales. Te encoges de hombros con una sonrisa y le das un buen tirón a tu cobija, intentando subirla de una sola vez.

Que infortunio. Al parecer esta atorada.

Otro fuerte tirón parecer liberarla un poco, y vuelves a hacerlo, jalando para regresarla a su lugar mientras intentas ignorar esa inútil creciente sensación de temor. Tira. Tira tira tira... ¡YA ESTA! ¡FINALMENTE! La cobija se encuentra sobre la cama y te encuentras completamente seguro debajo de ella una vez más, te burlas de ti mismo por haberte asustado por nada. Hasta que, justamente antes de que caigas dormido, sientes un pequeño tirón proveniente de ese mismo lado del que había caído antes la cobija.

Tira tira tira.